Primera Plana
Histórico


John F. Kennedy y Barack Obama

| Miércoles 15 de Mayo, 2013
JOHN F. KENNEDY Y BARACK OBAMA

Lic. Claro González Valdés (*)
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Carné 07

Barack Obama y John F. KennedyHace ya 50 años de aquella memorable visita del Presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy. Y cuanto más memorable al solo recuerdo de aquel multitudinario recibimiento, emotivo tributo al paladín de las grandes libertades de un pueblo que lucha por la democracia como valor supremo de nuestras naciones.

En la inauguración de la Reunión de Presidentes de Centro América en el Teatro Nacional, luego en la Universidad de Costa Rica en campo abierto, mano a mano con los estudiantes y sobre todo en la ciudadela El Bosque, hoy Colonia Kennedy, donde al calor del entusiasmo de nuestro pueblo, aquella figura vigorosa, de palabra brillante, lanzaba sus históricas frases, aquella retórica llena de retruécanos y alegorías, inflamaba el corazón de los costarricenses.

“Celebramos aquí hoy una gran victoria, un triunfo del espíritu humano. Porque lo que habéis realizado aquí es tan importante como las mayores hazañas de los más famosos guerreros”, proclamaba el insigne estadista, bajo el sol brillante de aquel ya lejano 19 de marzo de 1963.

“Porque estas casas, estas unidades médicas, estos libros, están liberando hoy al hombre, de siglos de subyugación por la miseria que encareció su capacidad, minó su felicidad y les negó su dignidad.

Constituyen un monumento a su firme determinación de destrozar esas ataduras. Constituyen un producto de su valentía en una lucha en la cual no existen desfiles triunfales ni medallas honoríficas, pero de cuyo éxito depende el destino final de la libertad en este hemisferio”.


Y lo más hermoso de este convivió, este diálogo con el mandatario estadounidense, fue su apertura, su cercanía franca con nuestro pueblo, cara a cara, sin ataduras ni barreras.

Y dijo en otra partes de su discurso en El Bosque: “Por lo tanto, hablo en nombre de todo mi pueblo al afirmar que constituye un honor al verme asociado hoy aquí con vosotros como aliados en una gran Alianza para el Progreso, que constituye el campo de batalla de la democracia americana de hoy”.

Definitivamente este paladín de la causa democrática de las Américas, lo hubiera incluido hoy Plutarco en sus Vidas Paralelas a la par de Obama. Antaño a la par de Alejandro, Demóstenes, Licurgo o cualquiera de aquellos grandes caballeros que forjaron la historia de aquella lejana Grecia resonante y profunda.

Y se despide de los costarricenses, lo más posible valorando la apoteósica recibida desde La Sabana, pasando por todo el Paseo Colón, hasta el centro de la capital: “De aquí, regreso a los Estados Unidos para informar a mi pueblo, y les diré, que en las realizaciones y en la valentía del pueblo libre de Costa Rica he visto la prueba definitiva de que nuestra democracia tiene la fortaleza para superar los retos del presente, al igual que resistió los peligros del pasado”.

Las dos más grandes recepciones apoteósicas que Costa Rica le ha tributado a una figura pública mundial, han sido a John F. Kennedy, en marzo de 1963, hace 50 años, y luego al Papa Juan Pablo II, en marzo de 1983, hace 30 años y recientemente Barack Obama.

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