La necesidad de que se priorice la salud mental de las personas que se dedican a la actividad periodística, se planteó durante la primera cumbre sobre el tema que se desarrolló recientemente, y en la que participaron profesionales de diversas naciones del mundo.

En esta oportunidad, las personas ponentes coincidieron en que el periodismo es una profesión de altísimo riesgo que expone a la persona a contextos violentos, tóxicos, bajo amenazas, malas noticias y extenuantes jornadas laborales. 

Esta Cumbre de la Salud Mental en el Periodismo, se desarrolló del 8 al 10 de octubre y, en esta ocasión, se presentaron estudios que demostraron los altos niveles de ansiedad, agotamiento emocional, somatización, depresión, estrés, síndrome de estrés postraumático, trastornos alimentarios y del sueño, cuadros del trabajador quemado y hasta riesgo suicida que se presentan en las personas que ejercen el periodismo

En esta ocasión, el Colegio de Periodistas y Profesionales en Ciencias de la Comunicación Colectiva de Costa Rica(COLPER), presentó los resultados obtenidos en el primer Perfil de la personal comunicadora de Costa Rica que se dio a conocer durante el 2024.  En este perfil se constató, mediante cuatro fuentes informativas diferentes, que esta población es víctima de episodios de estrés, depresión, ansiedad, trastornos alimentarios, sedentarismo, sobrepeso y obesidad que son factores de riesgo que propician otras enfermedades crónicas que producen gran morbilidad y mortalidad en el territorio nacional.

Los datos costarricenses no se diferencian de los que presentaron otros países como Venezuela, Ecuador y Perú, tras un estudio que se realizó luego de la pandemia y que fue financiado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Durante la cumbre, se reconoció que las personas que ejercen el periodismo tienen un nivel muy elevado de tolerancia a los malos hábitos y aunque, en algunos casos, cubren fuentes de salud y ofrecen consejos para su mejora, tales recomendaciones no las adoptan porque creen que no son para ellas. Para las y los periodistas, según lo plantearon varios panelistas, se ha naturalizado el malestar de la humanidad.

Alto en el camino

Los participantes y panelistas fueron claros en la urgencia en que se desarrollen acciones tendientes a prestarle atención a la salud mental y reconocieron la necesidad de hacer un alto en el camino y desacelerar y generar espacios que propicien el bienestar mental de esta población.

No por hacer pausas de trabajo y guardar los espacios de sueño, comidas y hasta de baño, se deja de ser buen periodista, sentenciaron.  Se puede hacer periodismo desde el bienestar, no desde la ansiedad.

En algunos países, tales profesionales tienen acompañamiento psicológico que les permite prepararse para la cobertura de malas noticias como guerras y otros episodios que generan dolor a la humanidad.

Mar Cabra, presidenta de Self Investigation, ofreció su testimonio al confirmar que la cobertura del trabajo periodístico de los “Panama Paper”, le produjo un deterioro en su salud, (síndrome de trabajador quemado) que la llevó a hacer un alto en el camino y a enmendar prácticas profesionales que pusieron en peligro su bienestar.  Precisamente esa situación la llevó a constituir esa organización que ahora promueve la salud mental en el periodismo y que fue la organizadora de esta actividad mundial.

Las personas participantes en esta cumbre afirmaron que debe formalizarse un compromiso con la salud mental de periodistas y coincidieron que la Salud Mental es importante para alcanzar la excelencia profesional.