"Casado" con la educación
Pastor Maita Sanabria* | Miércoles 20 de Julio, 2016
Hablar de superación personal, en toda la extensión de la palabra, es hablar de don Julián Chavarría Sánchez. Su historia como maestro es digno ejemplo para ser imitado por los actuales y futuros educadores del país. Este personaje que nació, creció y vive en Heredia (hoy pensionado) escaló todos los peldaños de la estructura docente administrativa del Ministerio de Educación Pública (MEP), desde maestro unidocente hasta supervisor. Culminó su carrera de educador dando clases en distintos niveles de las carreras de Ciencias de la Educación en el recinto de la Universidad de Costa Rica (UCR), sede de Limón y en la Universidad Nacional (UNA).
Los primeros pasos
A muy temprana edad, y con tan solo el título de bachiller de colegio, recibió emocionado un telegrama de nombramiento del MEP para fungir como maestro en la escuela de Suerres de Pococí, Limón. Este centro educativo fue su primer destino de una larga lista de escuelas donde le tocó laborar.
De aquí pasó a otra escuela, también en el cantón de Pococí, llamada La Suerte, lugar en el cual los maestros sufrían todo tipo de penalidades: no había pulpería, vivían en cuartos con muy malas condiciones, sin agua potable, ni luz; las necesidades higiénicas las realizaban a “cielo abierto” y el aseo personal en el río.
Para llegar al lugar tenía que viajar en bus y luego caminar al menos dos horas por lugares solitarios desafiando el peligro y los riesgos de las serpientes venenosas.
Una vez superada su prueba de fuego como maestro, don Julián se propuso como meta mejorar, a toda costa, su formación pedagógica. Esto con el convencimiento de que el crecimiento personal y profesional redundaría en una mejor calidad educativa para sus alumnos, pues consideró que el trabajo del educador es vital e importante para el progreso de las comunidades.
Con el pasar del tiempo trabajó por muchos años en diferentes escuelas bananeras y cacaoteras del Caribe, mientras estudiaba los fines de semana, viajando a pie, en tren o en bus hasta San José, o Heredia, con la firme determinación de alcanzar su meta: graduarse como maestro de educación primaria, bachiller en matemática y obtener el ansiado título de Licenciado en Educación.
En las comunidades rurales donde desarrolló su labor se destacó como líder nato, ayudando a construir aulas, áreas para juegos recreativos y, en general, suplir de alguna manera las carencias que sufren la mayoría de las escuelas rurales.
Paralelo a su trabajo como docente o director de un centro educativo, don Julián también fue dirigente de las organizaciones del magisterio nacional tales como: Asociación Nacional de Educadores (ANDE), Sindicato de Educadores Costarricenses (SEC), y en el Colegio de Licenciados Profesores (COLYPRO) fue integrante del Consejo Editorial de la Revista UMBRAL.
Nucleo familiar
Desciende de una familia campesina muy numerosa, cuyos padres eran agricultores. Siendo educador en Bataan contrajo matrimonio con la profesora Mary de los Ángeles Lao, con quien procreó cuatro hijas: Yensi, Priscilla, Ingrid y Sao Hinn, las cuales fueron alumnas suyas en la escuela primaria, y hoy todas son profesionales.
Yensi Chavarría, la hija mayor, manifestó: “Mis hermanas y yo, tenemos un papá excepcional, seguro, firme y amoroso de manera incondicional. Papi es un modelo a seguir no solo para sus hijas y nietas, sino para todo aquel que lo conoce. Dios nos premió dándonos a un buen hombre y ante todo a un excelente padre”.
“Yo, maestro”
Este inquieto educador “abremontañas”, quien dio clases por más de veinticinco años en escuelas que no reunían las condiciones mínimas para una vida digna, presentó su Libro Yo, maestro el pasado 4 de junio, en el Salón Comunal de Los Ángeles de San Rafael de Heredia y ante la presencia de sus ex alumnos, hoy convertidos en profesionales, excolegas e invitados especiales.
En el acto protocolario participó el conocido historiador y exdiputado don Oscar Aguilar Bulgarelli, quien en su presentación escribió: “Don Julián, con su mano y su vida, nos lleva a conocer la vida de muchos héroes anónimos que hay en nuestra Patria y que no gozan de estatuas, placas o pedestales, el maestro, el de verdad, por lo que al final de la lectura de este libro, usted quisiera tener a su autor al lado y decirle: Don Julián… “Usted… ¡ Maestro!”
Si usted desea conocer el mosaico de vivencias del maestro en mención, plasmado en el libro Yo, maestro… no dude en coordinar con dicho autor para que éste visite su centro educativo y narre personalmente su rica historia y de paso apoye su trabajo literario. El costo del libro tan solo cubre los gastos de edición. Puede escribir al correo electrónico: [email protected] o llamar a los teléfonos 8366-5400 y 2267 7310.
* Periodista y sociólogo pensionado. Carnet del Colper 1134






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