Histórico
Los mártires del Capitolio y del Monte Aventino
| Miércoles 15 de Mayo, 2013LOS MÁRTIRES DEL CAPITOLIO Y DEL MONTE AVENTINO Carlos Longhi* expresidente del Colegio de Periodistas miembro de la Mesa de Trabajo del Adulto Mayor En Costa Rica y en el mundo se celebra el 1º de Mayo como el DíaInternacional de los Trabajadores. El origen inmediato de esta celebración es la serie de asesinatos y condenas a muerte que sufrieron los obreros norteamericanos, derivados de la huelga general de mayo de 1886 en la ciudad de Chicago, en reclamo de la jornada de trabajo de 8 horas; repudiables hechos realizados por las autoridades judiciales y de policía, movidas por los intereses de las empresas y de los patronos.
Antes de pasar arecordar a insignes precursores de las luchas sociales en CostaRica, y a otros que los precedieron y perdieron la vida por causa de los mismos ideales, recordemos a los cuatro mártires de Chicago que fueron condenados a muerte: August Spies, George Engel, Adolph Fischer, Albert Pearsons y Louis Lingg. Este último se quitó la vida en su celda y lo tres restantes fueron ahorcados. Otros trabajadores fueron condenados a prisión. Uno de los condenados a muerte, George Engel, antes de subir al cadalso en cumplimiento de su injusta condena, dictada en un juicio amañado y sin pruebas quelo incriminaran, deja escrito un conmovedor testimonio del cual reproducimos en letra mayúscula los primeros párrafos. “ES LA PRIMERA VEZ QUE COMPAREZCO ANTE UN TRIBUNAL NORTEAMERICANO, Y EN ÉL SE ME ACUSA DE ASESINO. ¿ POR QUÉ RAZÓN ESTOY AQUÍ?; ¿POR QUÉ RAZÓN SE ME ACUSA DE SER ASESINO?: POR LA MISMA QUE ME HIZO ABANDONAR ALEMANIA; POR LA POBREZA, POR LA MISERIA DE LA CLASE TRABAJADORA. AQUÍ TAMBIÉN, EN ESTA ‘REPÚBLICA LIBRE’, EN EL PAÍS MÁS RICO DE LA TIERRA, HAY MUCHOS OBREROS QUE NO TIENEN LUGAR EN EL BANQUETE DE LA VIDA, Y COMO PARIAS SOCIALES ARRASTRAN UNA VIDA MISERABLE. AQUÍ HE VISTO A SERES HUMANOS BUSCANDO ALGO CON QUÉ ALIMENTARSE EN LOS MONTONES DE BASURA DE LAS CALLES.” Este año la conmemoración del 1º de mayo reviste para los costarricenses especial importancia, porque además se cumplen 100 años desde que por primera vez se celebró en Costa Rica, convocados los trabajadores por prominentes intelectuales y luchadores sociales: Omar Dengo, Carmen Lyra, Joaquín García Monge, Billo Zeledón, Rómulo Tovar. Siglos antes de estos acontecimientos, desde el comienzo de la conquista, sembraron en nuestra patria la semilla de la justicia social los misioneros de la Orden Franciscana, que no solamente fueron los primeros portadores delas enseñanzas cristianas y velaron siempre porque se diera a los indígenas un trato humano, sino que también los instruyeron en los adelantos técnicos y científicos de la civilización europea, los proveyeron de ganados y les enseñaron a cultivar la tierra con nuevas técnicas y gran cantidad de nuevas semillas. Además les enseñaron la lengua castellana, y más adelante promovieron en la colonia las artes plásticas y literarias y la música. Todo este rico y noble proceso que inician el sacerdote Juan Estrada Rávago y el fraile Pedro de Betanzos en octubre 1560, cuando salen por primera vez desde Granada, Nicaragua, hacia Costa Rica, está lleno de grandes sacrificios, de dolorosas pruebas, de muchas privaciones, y le cuesta el martirio a varios hijos de Francisco de Asís. Pero el sello de los franciscanos, la impronta de su lema PAZ Y BIEN, quedarán impresos para siempre en el corazón de los costarricenses. La semilla de sus enseñanzas y de su ejemplo cae en tierra fértil; sus frutos llegan hasta nuestros días, y seguirán produciéndose en el futuro. Uno de esos frutos - de los mejores- fue Gregorio José Ramírez, quien en cabeza la lucha de los republicanos contra los monárquicos que pretenden anexar a Costa Rica al imperio mexicano del General Iturbide. Ganada la guerra (Batalla de Ochomogo del 5 de abril de 1822), este joven de sólo 27 años, en la cúspide de su prestigio y con todo el poder en sus manos, resigna el mando y se retira a su vida privada. Y lo único que pide es que,cuando muera, se le sepulte vestido con el hábito de HermanoTerciario de la Orden Franciscana. Ejemplo de rectitud, de amor y de respeto a sus conciudadanos, de servicio a la causa de la paz. ¡Qué falta nos hacen hoy en Costa Rica hombres de esta categoría, que tomen en sus manos el estandarte del bien, de la justicia y de la paz. Otro de los grandes precursores es el presbítero Florencio del Castillo, nacido Ujarrás, Cartago, y educado por los franciscanos, quien llega a ser Presidente de las Cortes de Cádiz, las cuales dictan la avanzada Constitución de la Monarquía Española en 1812 que otorga importantes beneficios a las colonias en América. Allí se distingue Florencio del Castillo con doctas intervenciones en defensa de los indígenas. Estas intervenciones suyas fueron fundamentales para lograr que los diputados aprobaran la supresión de las encomiendas y de los tributos que pagaban los indígenas, y en ellas plantea ya el concepto de justicia social. Llega después otro delos grandes precursores: Monseñor Bernardo Augusto Thiel, quienpromulga en mayo de 1893 su famosa Carta Pastoral Sobre el Salario Justo para los Trabajadores y los Artesanos, y se gana con ello la animadversión de la oligarquía criolla que detenta el poder, y lo acusa públicamente de promover la violencia y la disolución social en perjuicio de toda la comunidad nacional. Siguiendo las huellas de estos grandes precursores de las luchas sociales, aparecerán enescena, después del sacrificio de los Mártires de Chicago y ya enel Siglo XX, otras grandes figuras: Ricardo Jiménez Oreamuno, Alfredo González Flores, Monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez, Manuel Mora Valverde, Rafael Angel Calderón Guardia, Carlos LuisFallas, José Albertazzi Avendaño, José Figueres Ferrer, los ilustres costarricenses citados al principio, y algunos más cuyos nombres se nos escapan. Pero no podemos olvidar, en la milenaria historia de la lucha por la justicia social, a otros precursores aún más antiguos, con tantos méritos como los mártires de Chicago. Me refiero a los que bien podríamos llamar hoyLos Mártires del Capitolio y del Monte Aventino. ¿Quiénes fueron? Para responder tenemos que remontarnos al Siglo II antes de Cristo, en el ocaso de la Roma republicana. En los tiempos que siguieron a la Tercera Guerra Púnica (149-146 a. C.) el dominante poder político de la nobleza romana convirtió al Senado en un instrumento oligárquico, defensor solamente de los intereses de la clase privilegiada, incapaz de emprender las urgentes reformas sociales y políticas que necesitaba Roma. Los jóvenes Tiberio y Cayo Graco, que intentaron realizarlas con el apoyo del pueblo,chocaron contra la cerrada oposición de la nobleza senatorial, y pagaron con la vida su noble empeño. Ambos eran hijos de Cornelia, nietos por línea materna de Escipión el Africano, el victorioso héroe romano vencedor de Aníbal y destructor de Cartago en esa terrible guerra. Por lo tanto, pertenecían al más alto círculo de poder y prestigio de Roma, lo que les permitió llegar a ser Tribunos de la Plebe. Su madre, que muy joven quedó viuda, se había esmerado en darles la mejor educación e inculcarles firmes sentimientos de solidaridad humana. Tiberio fue acorralado en el Capitolio, donde se encontraba reunido con trescientos de sus compañeros, y todos fueron asesinados. Su cadáver fue ultrajado y arrojado a las aguas del Tíber. Diez años después el pueblo eligió Tribuno a Cayo Graco, quien se propuso continuar la lucha social emprendida por su hermano mayor Tiberio Graco a favor de los desheredados, pero corrió su misma suerte. Cayo y sus amigos se refugiaron en el Monte Aventino; todos estos fueron masacrados, yCayo prefirió hacerse matar por un esclavo (año 121 a.C.). La muerte de los Graco consolidó el predominio de la nobleza y su control absoluto del gobierno. ¿Merecen estos generosos jóvenes romanos y sus amigos, y su excepcional madre, el recuerdo agradecido e imperecedero de la clase trabajadora de todos los países del mundo? ¿Merecen Tiberio y Cayo Graco y quienes con ellos perecieron por oponerse a los privilegios de unos pocos y abogar por los pobres, en el seno del entonces más rico país del mundo que, como a los Mártires de Chicago, se les reconozca algún día como los Mártires del Capitolio y del Monte Aventino? Todo lo que hemos referido son lecciones de la Historia. Pero no debemos quedarnos conformes con haberlas aprendido. La lucha no ha terminado. Lo podemos comprobar con sólo echar una mirada a la situación de injusticia social y de inequidad que padecen nuestra patria y muchos otros países del mundo. Tenemos una gran deuda con los luchadores sociales del pasado, y una obligación indeclinable con las generaciones del futuro; así como ellos lo hicieron, los hombres y mujeres de hoy debemos seguir luchando por un mundo mejor. *Versión abreviada del autor, de su exposición en el Colegio de Periodistas el martes23 de abril de 2013, en el conversatorio sobre la conmemoración delos cien años de la primera celebración del Primero de Mayo enCosta Rica, realizada en el salón Carlos Mora Jiménez.
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