La salud es un derecho humano fundamental e inclusivo, comprende muchos factores que se relacionan entre sí, los cuales les permiten a las personas disponer de una vida sana. Este objetivo sólo se logra colocando la equidad como un principio y eje transversal que orienta el diseño, ejecución, evaluación y seguimiento de las políticas en salud, es decir, planteándose que todas las personas tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial de salud sin importar su condición social, económica, física, política, cultural o de cualquier otra índole.

En un mundo donde el acceso a la salud sigue siendo desigual, la transparencia y la rendición de cuentas, en los sistemas de salud juegan un papel clave. Así lo manifestó la doctora Ana Ortigoza, asesora en Equidad en Salud de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en la mesa de diálogo disruptiva desarrollada el pasado 19 de febrero por la Red de las Américas para la Equidad en Salud (RAES), actividad de investigación inscrita ante el Centro de Investigación en Cuidados de Enfermería y Salud (CICES) de la Universidad de Costa Rica.

La actividad titulada “Mesa de diálogo disruptiva: voces por la equidad en salud”, tuvo como finalidad generar un espacio de encuentro provocador y participativo, que permitiera el diálogo y el debate de ideas constructivas, y se compartiera perspectivas y experiencias de diferentes actores sociales de la Región de las Américas desde el enfoque de equidad en salud. En esta mesa participaron como panelistas también el doctor Juan Pablo Gutiérrez, profesor e investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de México (UNAM) y la doctora Vivian Camacho, médica, representante de Movimientos por la Salud de los Pueblos de Bolivia. 

La doctora Ortigoza explicó que ella y su equipo revisaron nueve planes estratégicos de salud en América Latina y otros nueve estatales en Estados Unidos, cuya mayor debilidad era el monitoreo de los indicadores de proceso, de impacto y de resultados en general, puesto que no había una sistematización de ellos.

Para la médica especialista en pediatría, el producir un cambio se logrará si se aumentan los mecanismos de rendición de cuentas y transparencia, para que todas las personas tengan espacio de participación en la toma de decisiones dentro del sistema de salud, generando así mayor compromiso con la justicia social.

Para lo anterior, la comunicación es un pilar para garantizar que la  ciudadanía reciba información clara, veraz y oportuna sobre las decisiones que afectan su bienestar y su salud. Sin una comunicación efectiva, los sistemas de salud corren el riesgo de caer en la opacidad, la desconfianza y la desigualdad en el acceso a los servicios.

La transparencia no es únicamente publicar datos sobre presupuestos o compras de insumos, esta debe asegurar que la información sea culturalmente adaptada, con un lenguaje comprensible, que sea accesible y esté a disposición para la población. Esto requiere un esfuerzo consciente por parte de las autoridades para emplear un lenguaje claro y estrategias de difusión que alcancen a todos los sectores de la sociedad, especialmente a los grupos en mayor condición de vulnerabilidad.

Por otro lado, la rendición de cuentas es un mecanismo clave para evaluar la eficacia y eficiencia de los sistemas de salud. Con una comunicación abierta y multidireccional, las personas tienen las herramientas para gestionar su salud, exigir mejoras y entender cómo se toman las decisiones que la afectan. La comunicación, cuando se gestiona correctamente, permite el desarrollo de plataformas horizontales entre los sistemas de salud y las personas usuarias, que la sociedad participe en los procesos de construcción de salud, el monitoreo y evaluación de las políticas y fomentando la auto y corresponsabilidad, lo que en paralelo favorece la equidad.

Asimismo, la comunicación permite que las autoridades y el personal de los sistemas de salud se responsabilicen para rendir cuentas ante las violaciones de los derechos humanos y del derecho fundamental a la salud, facilitar el acceso a datos, construir e interpretar evidencia, entre otros aspectos que fueron puntualizados por la doctora Ortigoza como parte de las acciones para lograr la equidad en salud.

La equidad en salud requiere un modelo de comunicación inclusivo, que integre procesos continuos y plataformas para la fluidez de la información, por lo que es fundamental que los gobiernos, instituciones sanitarias, medios de comunicación y actores sociales trabajen en conjunto para garantizar que la información sea accesible, culturalmente pertinente y verificada; porque esto puede marcar la diferencia en la reducción de brechas. 

La comunicación no es un accesorio en la salud, es un eje central para garantizar que las decisiones beneficien a todos, especialmente a los sectores más vulnerables. La transparencia y la rendición de cuentas, cuando van de la mano con una comunicación efectiva, se convierten en poderosas herramientas para reducir la desigualdad y construir sistemas de salud más justos e inclusivos.

Desigualdad en salud

Además de la transparencia y la rendición de cuentas, es necesario lograr un nuevo pacto social para los sistemas de salud y reimaginarlos con la incorporación de los saberes territoriales y ancestrales. 

Así lo planteó el doctor Juan Pablo Gutiérrez quien refirió la necesidad urgente de asegurar el derecho a la salud, un acceso efectivo y equitativo para todas las personas. El médico lamentó que los sistemas de salud de las Américas están subfinanciados, segmentados y fragmentados.

También el especialista reflexionó sobre cómo la marginación social se hace evidente en los sistemas de salud, siendo que la calidad y el acceso a los servicios se empeora en las comunidades más desfavorecidas de los países.

Entre tanto, la doctora Vivian Camacho urgió a que los sistemas de salud dejen de ser estructuras patriarcales y se ocupen de la sensibilidad y respeto por los saberes ancestrales, como parte de esa interculturalidad que deben aplicarse en los servicios de salud. Los saberes ancestrales e interculturalidad en salud se refieren a la integración de conocimientos culturales y prácticas curativas tradicionales en el cuidado de la salud. 

Para la médica es necesario construir puentes con los saberes ancestrales que considere la cultura de las personas para favorecer la integración y la convivencia de todas las cosmovisiones.

Para disponer sistemas de salud equitativos es necesario: adoptar una visión sistémica que trascienda los indicadores tradicionales y posicione la equidad como meta central, entender la salud como derecho humano, el acceso debe ser universal y oportuno, la atención integrada y basada en una estrategia de Atención Primaria en Salud, incorporar los saberes territoriales y ancestrales que superen el modelo hegemónico y descolonizar la salud, así como la transparencia y la rendición de cuentas que permita elevar la voz de los pueblos, lo cual solo es posible desde un nuevo pacto social.

Para continuar alimentando este diálogo disruptivo hacia la construcción de este pacto social tan necesario, debemos reflexionar y reiterar ¿Cuáles modelos son más accesibles para garantizar la equidad en salud, reducir las desigualdades sociales y bajar el gasto de bolsillo?