En un mundo donde la información fluye a la velocidad de la luz, la labor de los profesionales en comunicación se vuelve más crucial que nunca. Sin embargo, ese rol esencial para toda sociedad democrática no está exenta de desafíos, y ahí la Fiscalía del Colegio de Periodistas y Profesionales en Ciencias de la Comunicación Colectiva (Colper) juega un papel protagónico.

Los periodistas, los relacionistas públicos, los publicistas, los diseñadores publicitarios y gráficos, los productores audiovisuales, los fotógrafos y los animadores digitales cada vez más ven amenazados sus puestos de trabajo, pues a menudo se subestima la importancia de contar con un profesional o un equipo en comunicación.

La comunicación debe ser ejercida sí o sí por un especialista en el área, por varios motivos, entre los que están:

·      La complejidad del mensaje: la comunicación no se limita a transmitir información, implica construir un mensaje claro, coherente y persuasivo.

·      Un profesional en comunicación posee las habilidades necesarias para estructurar ideas de manera que sean fácilmente comprensibles y que resuenen con el público objetivo. Esto es especialmente relevante en un entorno donde la saturación de información puede llevar a la confusión o, peor aún, a la desinformación.

·      Estrategias adecuadas: los expertos en comunicación están entrenados en el diseño y ejecución de estrategias que van más allá de la simple difusión de mensajes. Saben cómo investigar y segmentar audiencias, lo que les permite crear campañas que no solo informan, sino que también involucran y generan un impacto.

·      Manejo de crisis: en el contexto actual, donde las crisis pueden surgir de la nada y propagarse rápidamente a través de las redes sociales, contar con un profesional de la comunicación se vuelve indispensable. Estos expertos tienen la formación necesaria para gestionar situaciones críticas, protegiendo la reputación de la organización y asegurando que la información se transmita de manera oportuna y precisa. Además, que impiden la desinformación de la ciudadanía en situaciones de riesgo como las emergencias y desastres naturales, pandemias, entre otros.

No obstante, lo trascendental es la ética y la responsabilidad, toda vez que la comunicación tiene un poder inmenso. Un profesional de la comunicación está consciente de su responsabilidad y cómo debe guiar su trabajo. Su formación incluye no solo técnicas de comunicación, sino también principios y valores que aseguran que el mensaje sea responsable y respetuoso. En un mundo donde la manipulación de la información es común, la ética es más necesaria que nunca.

Esta Fiscalía emplazó tanto al Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) y a la Municipalidad de San Carlos. En el caso de la primera, fuimos insistentes desde que el presidente ejecutivo asumió el recargo de la Dirección de Comunicación Institucional y ha dejado claro el poco interés de hacer un concurso para el nombramiento de un profesional en la materia que dirija la comunicación institucional. Respecto a la segunda, ante el anuncio del concurso para ser encargado de Relaciones Públicas del municipio se requiere solo un diplomado, empezamos a pedir explicaciones y solicitamos se nos comunicara al final del proceso las calidades de la persona nombrada y de quienes participaron en el concurso.

En estos dos casos les recordamos que, según el artículo 24 de la Ley Orgánica del Colper, los cargos de director, jefe o encargado de las oficinas de relaciones públicas y divulgación o prensa de las instituciones públicas deben ser desempeñados por personas colegiadas. El cumplimiento de la ley no solo permite la confianza en la institucionalidad y en la gestión pública, también que la persona que vaya a liderar la comunicación institucional tenga las cualificaciones y competencias para desarrollar sus funciones eficazmente.

Un profesional en la materia debe liderar la comunicación en las instituciones públicas por varias razones clave, entre la que están: la garantía que la información fluya de manera trasparente, la generación de confianza entre la ciudadanía y las instituciones, el manejo de la información oportuna, eficaz y responsable en momentos de crisis; la conexión con la comunidad y la coherencia con el mensaje, entre otros.

En la misma línea, ante las limitaciones de este órgano por las decisiones de reorganización del Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa), se insistió en lo fundamental del papel del profesional en la divulgación científica, tales como: la elaboración de una narrativa clara y accesible para todas las personas y la garantía de que el mensaje llegue a un público más amplio, así como la rendición de cuentas.

Debido a lo anterior, es vital que la Fiscalía del Colper no solo esté presente, sino que actúe con firmeza y convicción. La protección de los comunicadores profesionales es una tarea que nos involucra a todos, y la Fiscalía debe ser el faro que guíe a nuestros colegas en la defensa de su profesión y de los valores democráticos que sustentan nuestra sociedad.