Patricia Navarro Molina: entre el periodismo, la docencia y la pintura
| Lunes 25 de Marzo, 2019El ser profesora universitaria la llena de felicidad, Patricia Navarro Molina tiene 23 años de impartir sus conocimientos en las aulas, ha sido en dos ocasiones directora de carrera Periodismo y Relaciones Públicas en la Universidad Internacional de las Américas, en la Universidad Autónoma de Centro América y coordinadora país de Maestrías en Comunicación en la Universidad Latina.
Navarro inició su carrera profesional en 1985 en La Nación, en donde trabajó por 11 años en dos periodos, también estuvo como directora de Prensa de Instituto Tecnológico de Costa Rica y como Coordinadora Centroamericana de Comunicación del Programa Cultura de Paz y Democracia en América Central, de la Universidad para la Paz, de 1992 a 1993 fue Jefa de Información en La República.
Se define como una persona creyente en Dios, soñadora, amigable, extrovertida, pero a la vez un poco huraña, ama a su familia, le encanta estar en casa, tomar fotografías, leer, tomar un buen vino y cocinar.
Su esposo, bombero de profesión, es amante de la cocina, por lo que hace una buena mancuerna con su hijo y su nuera, ambos chefs.
Arte como compañero de vida
“Desde niña he dibujado… de hecho en primaria mi maestra siempre me regañaba, pues mientras ella explicaba la materia yo dibujaba, no comprendía que era mi forma de concentrarme. Para evitar regaños me las ingenié colocando mi cuaderno de dibujo entre la gaveta del pupitre y disimuladamente hacía algunos trazos. De hecho, en primaria gané un concurso de dibujo, pero con la llegada de la adolescencia cambié el dibujo por el baloncesto”, expresó Navarro.
En 1998 comenzó a pintar en acuarela, pero el exceso de trabajo y sus responsabilidades como madre y esposa la alejaron de ese tiempo para dibujar.
En diciembre de 2012 reinició la pintura, ya que le prometió a su esposo llenar las paredes de su nueva casa con sus obras, las cuales, sin quererlo, se convirtieron en su mejor terapia.
“El arte para mí es mi escape de las presiones de la vida diaria, de las crisis y los problemas que han tocado mi vida. Es una manera de expresar lo que siento mediante el color y las formas, mediante los contrastes entre los amarillos vibrantes, los rojos, los naranjas y los azules. Pintar es ir más allá, es volar, es sentirme cerca de mi esencia, de mi espiritualidad, del Dios que me dio creatividad, talento y pasión por el arte”, aseguró.
Las dos obras que marcan avances en su proceso creativo son Entre cañas, un cuadro de formato pequeño en el que logró plasmar un tucán entre las cañas, la segunda es Esperando con esperanza: el rostro de una mujer negra que mira al horizonte, como esperando que suceda algo que añora.
Planes a futuro
Entre sus metas está poder ilustrar un libro, que está casi terminado, cuyo personaje principal es una Beagle llamada Cony Terriyaki Play de Game, inspirado en una perrita que los acompañó por 10 años, ella narra la vida y la de sus hijos.
“Es un libro lleno de anécdotas y enseñanzas, apto para niños a adultos. Para ilustrarlo tengo varias ideas, peo requiero técnica en el arte de ilustrar y espero obtenerla en el curso que recién comienzo en la Escuela Casa del Artista, los cursos son: Dibujo artístico, con Fernando Chavarría Volio, e Ilustración, a cargo de Jeremy Alvarado Oviedo”, señaló Navarro.
Además, quiere incursionar en un proyecto que incluya la gastronomía y el arte, terminar su tesis doctoral, ser feliz y servir a Dios con los talentos que le da.