En mis años como estudiante de la carrera de Diseño Publicitario en la universidad, recuerdo que parte de la dinámica estudiantil consistía en quejarnos de las clases de mercadeo, redacción y publicidad, mientras nos apasionaban el dibujo, los programas de diseño digital y el desarrollo de campañas creativas. No comprendíamos por qué un diseñador debía conocer el comportamiento del consumidor, la ética publicitaria y otras ramas de la comunicación como producción audiovisual y radio.

Hasta unos años después, entendí que nuestra función en la sociedad excede los parámetros estéticos y nos convierte en gestores de información con gran responsabilidad en la persuasión de nuestra audiencia. También recae sobre nuestros hombros la proyección de una mejor sociedad, el tratamiento correcto de temas de interés social y la manipulación responsable de contenidos noticiosos. O, ¿es que acaso no influimos también en el comportamiento de nuestro entorno? Yo creo que sí.

Los comunicadores visuales tenemos la gran responsabilidad de desmenuzar el contenido y hacerlo ameno, fácil de decodificar y así dirigirlo a audiencias para que generen su propio criterio; bien sea para la compra de un producto o servicio, para la elección de un candidato, o bien para el apoyo de un proyecto o causa.

Como representante del gremio de Diseñadores Publicitarios y Publicistas en la Junta Directiva del Colegio de Periodistas y Profesionales en Comunicación los invito a que, durante este Día Mundial del Diseño Gráfico, recordemos nuestro compromiso con el gremio de la comunicación y trabajemos con ética profesional en la generación de contenidos que apoyen la evolución de la sociedad en la que vivimos.

*La autora es Diseñador Publicitario y Vocal II de la Junta Directiva 2016