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Puntarenas y la Virgen del Mar
Claro González Valdés [email protected] | Lunes 10 de Julio, 2017
En el cristianismo católico la tradición de la Virgen del Carmen nace cuando unos varones levantaron un templo a la Virgen María en el Monte Carmelo, precisamente en el lugar donde el Profeta Elías viera una nube que representaba la fecundidad de la Madre de Dios. El 16 de Julio del 1.251 la Virgen del Carmen se apareció a un devoto para entregarle el hábito distintivo de los carmelitas.
Una excelente referencia del Profeta Elías la encontramos en San Mateo XVII, 1-3 donde dice: “3. Y al mismo tiempo les aparecieron Moisés y Elías conversando con él (Jesús) de lo que debía padecer en Jerusalén” Como Patrona de los Pecadores la Virgen del Carmen es venerada en España, Puerto Rico y Costa Rica.
En España además es la Patrona de unas cien ciudades, igual para unas varias ciudades del mundo. En Argentina es la Patrona de los Ejércitos de los Andes, fundado por el General José de San Martín y advocaciones similares en Chile y otros países.
Herencia de Capitán
En Costa Rica el Festival de la Virgen del Mar se celebra, en el bello Puerto de Puntarenas, desde al año 1913. En aquel tiempo el Capitán Hermenegildo Cruz Ayala, un prominente pescador de perlas, al salir airoso de una terrible tempestad en Punta Guiones, ofreció a la Virgen celebrar todos los años esta fiesta en el “mar para nuestra Madre”.
El Festival de la Virgen del Mar, ofrecido ante el Padre Daniel Carmona, se ha cumplido desde entonces al pie de la letra. Es lamentable que el nombre del Capitán Hermenegildo Cruz Ayala apenas se menciona de perfil cuando la festividad mueve las más grandes aportaciones de turismo hacia el Puerto.
En los primeros tiempos el ilustre Capitán financiaba solo el Festival, pero con el paso de los años se fueron agregando personas y empresas, instituciones privadas y públicas al Festival.Puntarenas era entonces una ciudad de apacibles calles, bordeadas de palmeras y almendros, altos y frescos. A lo ancho de sus paseos llenos de luz y sombras, discurrían los turistas que por aquel tiempo, en grandes caravanas de carretas llegaban del interior del país, a pasar largas temporadas en el puerto, a contemplar plácidamente su luna, su sol y su mar.
El Capitán Hermenegildo Cruz era un hombre de fe. Lo adornaba una devoción profunda por Dios, nuestro señor Jesucristo y la Virgen María. Descendiente de españoles, nació bajo la bandera de la Gran Colombia.
Llegó a nuestras costas, con ansias de mar, a finales del siglo antepasado. Con el gran conocimiento que tenía del negocio de la pesca de perlas, logró amasar una gran fortuna en nuestro país. Logró formar una flota de quince barcos pequeros, entre gasolinas y bongos.
Casó don Merejo, como se le conocía familiarmente, con Lía Alfaro y tenían una casa muy linda y confortable en el centro de Alajuela. Tuvieron seis hijos, la única mujer María Elena casó con Walter Arend, un prominente industrial del almidón de Alajuela. De ese matrimonio son varios hijos, la mayor parte de ellos viven en el extranjero. Don Guillermo Arend Cruz y don Carlos Francisco residen en Carrillos de Poás.
Lazos familiares
En mi casa fueron muy frecuentes y muy familiares las relaciones y las hazañas del gran Capitán. Mi abuela, doña Berta (q.d.D.d) era hermana de don Hermenegildo. Mi madre, Carmen Valdés (q.d.D.d), hija de Berta, vivió mucho tiempo en casa de don Merejo, su tío, en el Puerto, allá por los años veinte, cuando tenía unos diez años de edad.
De ahí sabemos que su principal centro de operaciones era el Golfo de Papagayo y la costa de Punta Guiones, donde fue el incidente, no el naufragio como se ha dicho en algunas publicaciones.
“El Galileo” era la nave insignia. Además de su amplia flota pesquera de perlas tenía don Merejo otros negocios. Hoteles, recuerdo algunos de ellos a la orilla del Estero de Puntarenas. Casas del alquiler y algunas fincas.
La industria de la pesca de perlas era buena en tiempos de don Merejo. La había conocido en Panamá y sus grandes conocimientos de las profundidades y secretos del océano le abrían aquí las puertas de un buen negocio. En pocos años de labor tesonera fue amasando una gran fortuna, poco común en la comarca.
Un excelente testimonio de don Merejo lo da el periodista y gran cronista de la ciudad de Puntarenas Rafael Armando Rodríguez Gutiérrez (q.d.D.d). En mis muchas charlas con don Rafael Armando me contó que él conoció personalmente a don Merejo, a quien le dedicó muchas páginas en su famosa revista Costa Rica de Ayer y Hoy. Allí como en páginas de mármol están las crónicas que narran la emergencia de Punta Guiones, y con apoyo del Padre Carmona, los comienzos y desarrollos del Festival de la Virgen del Mar.
El Capitán murió en 1933. En el 2013, la Municipalidad de Puntarenas, por unanimidad, y por iniciativa del suscrito, aprobó la propuesta para colocarle una placa en Puntarenas. Un regidor de la Honorable Corporación presentó la iniciativa, la misma noche, para que una calle de la ciudad lleve el nombre del gran Capitán.
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